Recientemente han llegado a mis orejas (oidos) cantares de una nueva tribu que está proliferando enormemente en los Estados Unidos. (Vamos, que en un plazo de tiempo relativamente corto, llegará con fuerza a la vieja Europa!)
Se hacen llamar Neo-Green (algo así como nuevos verdes - ecologistas)
Se trata de personas con mucha consciencia ecológico-sostenible, altamente pragmáticos y que creen haber descubierto una manera de cambiar el mundo.
De acuerdo con esta nueva corriente de pensamiento, hasta el momento, los ecologistas han fracasado en la difícil tarea de llegar a toda la gente. Los planteamiento de estos ecologistas acerca de los problemas eran correctos (polución, calentamiento global, capa de ozono...) pero las soluciones planteadas desagradaban a la mayoría de gente.
Ellos solicitaban que nos apretaramos el cinturon y daramos un paso atrás en la escalera del progreso. (Coger menos el coche, gastar menos agua, pasar más frío en invierno y más calor en verano...) De alguna manera, rechazaban la tecnología, la competitividad empresarial y el consumo en aras de volver a un modo de vida más "primitivo".
Estas opciones no han tenido hasta el momento mucho respaldo social.
Esta nueva generación de ecologistas piensa que es inútil nadar a contracorriente y que la solución pasa por orientar el cauce de la tecnología, la competencia y el consumo hacia la difícil tarea de crear un mundo sostenible.
De acuerdo con el artículo publicado en la revista Wired por Alex Nikolai Steffen titulado "The Next Green Revolution" (que, por cierto, os recomiendo), el mundo se cambia "by articulating a vision for the future and pursuing it with all the ingenuity humanity can muster".
Esto es, optar por desarrollar energía más limpia, coches más limpios, casas más eficientes... Como buenos "americanos" piensan que ese desarrollo debe ser liderado por las empresas, que, a través de la competencia, puedan llegar a ofrecer esos "productos" a un coste razonable en el mercado.
Ahora bien, son conscientes de que ese desarrollo no puede realizarse de un día para otro y, sobre todo, saben que no es gratis. Por ello, de alguna manera, lo que viene a defender esta corriente es que se deben "premiar" aquellas iniciativas empresariales encaminadas a una menor contaminación y un consumo energético más eficiente.
El perfil de uno de estos Neo-green sería aquel que tiene un Toyota Prius en el garaje, placas solares en el tejado de su casa y, a su vez, consume productos (ropa y alimentos) de los que tiene garantía que han respetado el medio ambiente en su producción, etc, etc.
Desde luego, una vez más hay que reconocer, que los americanos son unos genios dándole la vuelta a la tortilla: hasta ahora nos habían hecho creer que las sociedades de consumo eran la causa de todos los desastres mediambientales; pero ahora se nos vende que es precisamente el consumo (utilizado de forma selectiva y racional) el que puede salvarnos del futuro tan oscuro que nos espera.
Es curioso!!
A priori, esta teoria no parece nada descabellada.
Creo que esta va a ser la buena! La buena revolución verde.
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